Son muchas las tesis sobre la facultad creadora de la sociedad como una cuestión de rebeldía con el status quo, efecto del análisis entre la memoria del descontento y la potencialidad viable o efectiva de la promesa del cambio. Ese tumulto de voces que se van agitando a lo largo de continuos actos reflexivos y de conciencia – desde posiciones que van desde las reconciliables hasta radicales – no debe ser visto como una inundación de bárbaros sino como un diluvio de justicia, ante ese escenario quedan las siguientes opciones: a) Contemplar el cambio pasivamente, viendo caer estructuras, para bien o para mal, aun se esté de acuerdo o no; b) Hacerse participe de voz y acción de ese cambio; c) Ser parte de un sector reacio al cambio y velar por el freno del mismo.En esa neuralgia colectiva empieza a resurgir el fantasma de la mitificación de las posiciones privilegiadas de los Nudos del sistema de información, la Intelligentsia. Es cierto que la voz de Voltaire, Montesquieu, Rousseau,… prendieron la mecha o “guiaron” la explosión social del pueblo (la única e histórica vanguardia de los movimientos progresistas), para desembocar un 14 de julio en La Bastilla. Pero ¿Acaso sus voces fueran concretado los proyectos de cambio sin ese ejercito sediento de igualdad?; está comprobada por la historia la castración de esas voces “privilegiadas” sin la confluencia de la explosión social. Así como los museos modernos son los centros comerciales y los circos más patéticos los vemos en los enlatados y talk shows televisivos, los intelectuales serian simples bufones sin la atención de a quienes “sirven”, que nos deleitarían con su hablar prolífico a cambio de una bebida mientras precisa su transcurrir como un epítome etéreo.Basta ya entonces del tótem del mérito intelectual de las élites, una visión escolástica que no es más que vender la idea de “un buen negocio para el pueblo dejar que otros decidan por él, porque los que deciden son los mejores, una cofradía de chamanes, que además se eligen entre ellos mismos, dada su alta vocación de servicio”. El intelectual es otro más al que no se le puede filtrar su condición de ciudadano, de igual; que no intente entonces hacer perspectivas aéreas de la sociedad en la que se desenvuelve, ni siquiera darle la espalda en un acto de anacropersonalismo. Ya existen seres de este tipo que optan por frenar el progreso en pro de viejas estructuras con las que guardan intereses personalísimos, al tiempo que pretenden ejercer funciones de lazarillo de los oscuros incultos de la plebe, como castas de caudillos que privatizan el derecho de pensar, a manera de la estructura griega del siglo de oro; traicionando a quienes sirven y a ellos mismos.Aquellos que conspiran en tal acto de coprofagía, deben entender su posición en el sistema del poder de la información, determinar su rol como vocero de los otros que no pueden elevar la suya. Es cierto que teóricamente las revoluciones vienen de arriba y son operadas desde abajo, pero qué son estos cuadros sino simples recolectores de una demanda colectiva, a razón de la cual ejercen su potencial. El pueblo una vez que sale de su estado de reposo no se conforma con seguir el movimiento inicial, simplifica las cosas y sigue su marcha más allá de lo que imaginaron sus impulsores, nace de ellos y va en su contra; de allí que a la larga a éstos se les llegué a considerar como tímidos o aburguesados retrogradas en el peor de los casos, produciéndose diatribas internas en los movimientos. Un dinamismo donde la nueva estructura de poder luego será vista como un una impostura a la que hay que revolucionar; el problema es que esa aparente inestabilidad genera incomodidad en los hombres que nos creemos la falacia de reveladores de verdades definitivas, no vemos en lo nuevo aquello que a dado un paso más por abarcar un mayor horizonte. Recordemos que más allá estaba la luna.Hay que agregar que no existe ningún trabajo manual que no exija ni el más mínimo intento de cavilación, así también, el sacrificio del acto creativo es agobiante a nivel nervioso y físico; ambos requieren dedicación y cierta disciplina. No importa que el léxico se encuentre cargado de saber en dosis homeopáticas, ciencia en ropaje vulgarizado; la forma creadora del hombre “no intelectual” es tan valedera como el discurso aderezado por la academia. Lo importante es aceptarnos todos como sujetos activos de cambio, que no debemos esperar el maná que proviene de los de arriba, más aun reconocida la ineficiencia de los sectores de élite para resolver los problemas de la sociedad.Para resumir, la tesis de una humanidad totalmente “intelectualizada” no será garantía de solución a los problemas de violencia y explotación entre los hombres, hasta tanto no dejemos de actuar desde posiciones egocéntricas amparadas en la propiedad, esa posesión para el subconsciente del dueño se basa en la fuerza y no el derecho, lo que le da facultad de herir, será por ello que los romanos eligieron como símbolo de la propiedad a la lanza.
19/11/07
EN BUSCA DEL INTELECTUAL PERDIDO Y LA TRAHISSON DES CLERS
Por: Daciel Pérez.Escritor, miembro de la Red de Escritores Cojedes.
Son muchas las tesis sobre la facultad creadora de la sociedad como una cuestión de rebeldía con el status quo, efecto del análisis entre la memoria del descontento y la potencialidad viable o efectiva de la promesa del cambio. Ese tumulto de voces que se van agitando a lo largo de continuos actos reflexivos y de conciencia – desde posiciones que van desde las reconciliables hasta radicales – no debe ser visto como una inundación de bárbaros sino como un diluvio de justicia, ante ese escenario quedan las siguientes opciones: a) Contemplar el cambio pasivamente, viendo caer estructuras, para bien o para mal, aun se esté de acuerdo o no; b) Hacerse participe de voz y acción de ese cambio; c) Ser parte de un sector reacio al cambio y velar por el freno del mismo.En esa neuralgia colectiva empieza a resurgir el fantasma de la mitificación de las posiciones privilegiadas de los Nudos del sistema de información, la Intelligentsia. Es cierto que la voz de Voltaire, Montesquieu, Rousseau,… prendieron la mecha o “guiaron” la explosión social del pueblo (la única e histórica vanguardia de los movimientos progresistas), para desembocar un 14 de julio en La Bastilla. Pero ¿Acaso sus voces fueran concretado los proyectos de cambio sin ese ejercito sediento de igualdad?; está comprobada por la historia la castración de esas voces “privilegiadas” sin la confluencia de la explosión social. Así como los museos modernos son los centros comerciales y los circos más patéticos los vemos en los enlatados y talk shows televisivos, los intelectuales serian simples bufones sin la atención de a quienes “sirven”, que nos deleitarían con su hablar prolífico a cambio de una bebida mientras precisa su transcurrir como un epítome etéreo.Basta ya entonces del tótem del mérito intelectual de las élites, una visión escolástica que no es más que vender la idea de “un buen negocio para el pueblo dejar que otros decidan por él, porque los que deciden son los mejores, una cofradía de chamanes, que además se eligen entre ellos mismos, dada su alta vocación de servicio”. El intelectual es otro más al que no se le puede filtrar su condición de ciudadano, de igual; que no intente entonces hacer perspectivas aéreas de la sociedad en la que se desenvuelve, ni siquiera darle la espalda en un acto de anacropersonalismo. Ya existen seres de este tipo que optan por frenar el progreso en pro de viejas estructuras con las que guardan intereses personalísimos, al tiempo que pretenden ejercer funciones de lazarillo de los oscuros incultos de la plebe, como castas de caudillos que privatizan el derecho de pensar, a manera de la estructura griega del siglo de oro; traicionando a quienes sirven y a ellos mismos.Aquellos que conspiran en tal acto de coprofagía, deben entender su posición en el sistema del poder de la información, determinar su rol como vocero de los otros que no pueden elevar la suya. Es cierto que teóricamente las revoluciones vienen de arriba y son operadas desde abajo, pero qué son estos cuadros sino simples recolectores de una demanda colectiva, a razón de la cual ejercen su potencial. El pueblo una vez que sale de su estado de reposo no se conforma con seguir el movimiento inicial, simplifica las cosas y sigue su marcha más allá de lo que imaginaron sus impulsores, nace de ellos y va en su contra; de allí que a la larga a éstos se les llegué a considerar como tímidos o aburguesados retrogradas en el peor de los casos, produciéndose diatribas internas en los movimientos. Un dinamismo donde la nueva estructura de poder luego será vista como un una impostura a la que hay que revolucionar; el problema es que esa aparente inestabilidad genera incomodidad en los hombres que nos creemos la falacia de reveladores de verdades definitivas, no vemos en lo nuevo aquello que a dado un paso más por abarcar un mayor horizonte. Recordemos que más allá estaba la luna.Hay que agregar que no existe ningún trabajo manual que no exija ni el más mínimo intento de cavilación, así también, el sacrificio del acto creativo es agobiante a nivel nervioso y físico; ambos requieren dedicación y cierta disciplina. No importa que el léxico se encuentre cargado de saber en dosis homeopáticas, ciencia en ropaje vulgarizado; la forma creadora del hombre “no intelectual” es tan valedera como el discurso aderezado por la academia. Lo importante es aceptarnos todos como sujetos activos de cambio, que no debemos esperar el maná que proviene de los de arriba, más aun reconocida la ineficiencia de los sectores de élite para resolver los problemas de la sociedad.Para resumir, la tesis de una humanidad totalmente “intelectualizada” no será garantía de solución a los problemas de violencia y explotación entre los hombres, hasta tanto no dejemos de actuar desde posiciones egocéntricas amparadas en la propiedad, esa posesión para el subconsciente del dueño se basa en la fuerza y no el derecho, lo que le da facultad de herir, será por ello que los romanos eligieron como símbolo de la propiedad a la lanza.
Son muchas las tesis sobre la facultad creadora de la sociedad como una cuestión de rebeldía con el status quo, efecto del análisis entre la memoria del descontento y la potencialidad viable o efectiva de la promesa del cambio. Ese tumulto de voces que se van agitando a lo largo de continuos actos reflexivos y de conciencia – desde posiciones que van desde las reconciliables hasta radicales – no debe ser visto como una inundación de bárbaros sino como un diluvio de justicia, ante ese escenario quedan las siguientes opciones: a) Contemplar el cambio pasivamente, viendo caer estructuras, para bien o para mal, aun se esté de acuerdo o no; b) Hacerse participe de voz y acción de ese cambio; c) Ser parte de un sector reacio al cambio y velar por el freno del mismo.En esa neuralgia colectiva empieza a resurgir el fantasma de la mitificación de las posiciones privilegiadas de los Nudos del sistema de información, la Intelligentsia. Es cierto que la voz de Voltaire, Montesquieu, Rousseau,… prendieron la mecha o “guiaron” la explosión social del pueblo (la única e histórica vanguardia de los movimientos progresistas), para desembocar un 14 de julio en La Bastilla. Pero ¿Acaso sus voces fueran concretado los proyectos de cambio sin ese ejercito sediento de igualdad?; está comprobada por la historia la castración de esas voces “privilegiadas” sin la confluencia de la explosión social. Así como los museos modernos son los centros comerciales y los circos más patéticos los vemos en los enlatados y talk shows televisivos, los intelectuales serian simples bufones sin la atención de a quienes “sirven”, que nos deleitarían con su hablar prolífico a cambio de una bebida mientras precisa su transcurrir como un epítome etéreo.Basta ya entonces del tótem del mérito intelectual de las élites, una visión escolástica que no es más que vender la idea de “un buen negocio para el pueblo dejar que otros decidan por él, porque los que deciden son los mejores, una cofradía de chamanes, que además se eligen entre ellos mismos, dada su alta vocación de servicio”. El intelectual es otro más al que no se le puede filtrar su condición de ciudadano, de igual; que no intente entonces hacer perspectivas aéreas de la sociedad en la que se desenvuelve, ni siquiera darle la espalda en un acto de anacropersonalismo. Ya existen seres de este tipo que optan por frenar el progreso en pro de viejas estructuras con las que guardan intereses personalísimos, al tiempo que pretenden ejercer funciones de lazarillo de los oscuros incultos de la plebe, como castas de caudillos que privatizan el derecho de pensar, a manera de la estructura griega del siglo de oro; traicionando a quienes sirven y a ellos mismos.Aquellos que conspiran en tal acto de coprofagía, deben entender su posición en el sistema del poder de la información, determinar su rol como vocero de los otros que no pueden elevar la suya. Es cierto que teóricamente las revoluciones vienen de arriba y son operadas desde abajo, pero qué son estos cuadros sino simples recolectores de una demanda colectiva, a razón de la cual ejercen su potencial. El pueblo una vez que sale de su estado de reposo no se conforma con seguir el movimiento inicial, simplifica las cosas y sigue su marcha más allá de lo que imaginaron sus impulsores, nace de ellos y va en su contra; de allí que a la larga a éstos se les llegué a considerar como tímidos o aburguesados retrogradas en el peor de los casos, produciéndose diatribas internas en los movimientos. Un dinamismo donde la nueva estructura de poder luego será vista como un una impostura a la que hay que revolucionar; el problema es que esa aparente inestabilidad genera incomodidad en los hombres que nos creemos la falacia de reveladores de verdades definitivas, no vemos en lo nuevo aquello que a dado un paso más por abarcar un mayor horizonte. Recordemos que más allá estaba la luna.Hay que agregar que no existe ningún trabajo manual que no exija ni el más mínimo intento de cavilación, así también, el sacrificio del acto creativo es agobiante a nivel nervioso y físico; ambos requieren dedicación y cierta disciplina. No importa que el léxico se encuentre cargado de saber en dosis homeopáticas, ciencia en ropaje vulgarizado; la forma creadora del hombre “no intelectual” es tan valedera como el discurso aderezado por la academia. Lo importante es aceptarnos todos como sujetos activos de cambio, que no debemos esperar el maná que proviene de los de arriba, más aun reconocida la ineficiencia de los sectores de élite para resolver los problemas de la sociedad.Para resumir, la tesis de una humanidad totalmente “intelectualizada” no será garantía de solución a los problemas de violencia y explotación entre los hombres, hasta tanto no dejemos de actuar desde posiciones egocéntricas amparadas en la propiedad, esa posesión para el subconsciente del dueño se basa en la fuerza y no el derecho, lo que le da facultad de herir, será por ello que los romanos eligieron como símbolo de la propiedad a la lanza.
11/11/07
LOS NIÑOS Y LA POESÍA: La promoción de la Lectura en el Aula
Aurymar Granadillo
Docente y Promotora de Lectura.
Ponencia presentada en el 2do Encuentro Internacional con la Literatura Infantil en Venezuela 2007
Docente y Promotora de Lectura.
Ponencia presentada en el 2do Encuentro Internacional con la Literatura Infantil en Venezuela 2007
Poner a los niños y niñas en contacto con la poesía desde pequeños es una forma de despertar su sensibilidad, hacer que sus sentimientos y su imaginación florezcan, porque el niño es fundamentalmente un creador, con un gran poder: la imaginación.
Mi experiencia me ha enseñado que esta poderosa imaginación en los niños debe ser estimulada pero no de una manera rígida y coercitiva como generalmente se acostumbra hacer en las escuelas, con tantas limitaciones que no le permiten al niño expresarse con libertad; más bien debemos crear un ambiente en donde el juego se convierta en el principal protagonista y que a partir de ese ambiente lúdico el niño o niña pueda encontrarse con la palabra.
Mi experiencia me ha enseñado que esta poderosa imaginación en los niños debe ser estimulada pero no de una manera rígida y coercitiva como generalmente se acostumbra hacer en las escuelas, con tantas limitaciones que no le permiten al niño expresarse con libertad; más bien debemos crear un ambiente en donde el juego se convierta en el principal protagonista y que a partir de ese ambiente lúdico el niño o niña pueda encontrarse con la palabra.
Algunos estudiosos le llaman a esto "la educación de la sensibilidad" y yo coincido con ellos en que ésta debe iniciarse en la escuela pero sin dejar de involucrar a la familia en el proceso.
El proyecto “Jugando con la Poesía” de la Casa Nacional de las Letras “Andrés Bello”, institución adscrita al Ministerio del Poder Popular para la Cultura; precisamente busca iniciar a los niños y niñas en edad escolar, entre los 6 y 12 años, en ese maravilloso mundo de la poesía pero ofreciéndosela como un juego en el cual las palabras pueden volverse mágicas, acercando no solo a los niños y niñas a la lectura y a la escritura sino también a los docentes y padres o representantes.
En el Estado Cojedes, el Proyecto “Jugando con la Poesía” ha sido un reto interesante, sobre todo tomando en cuenta que la mayoría de nuestros docentes no leen y muestran un alto grado de apatía hacia la práctica de la lectura en el aula, vendiéndola mas bien como un instrumento de castigo y tortura a los niños desobedientes.
La influencia familiar también juega un papel importante en este proceso de acercamiento, por lo tanto; consideramos esencial involucrar a los padres en los talleres de creación literaria para que esta experiencia no solo se quede en la escuela sino que trascienda mucho más allá hasta llegar a las comunidades.
En la primera fase del proyecto “Jugando con la Poesía”, la actividad se desarrollo con un grupo de docentes de tres instituciones educativas en el municipio Tinaco, iniciándose en Marzo del 2006 hasta Septiembre del mismo año. Tuvimos 15 niños y niñas, 14 maestros y 6 padres o representantes de permanencia activa en el programa. Se inicia el proyecto a través de una metodología de lectura y creación sencilla que nosotros llamamos “juegos de palabras”.
En esta primera etapa el niño comienza a convertirse en creador de frases poéticas; propone, descifra y empieza a mirar mas de cerca lo que tiene a su alrededor, pero sobre todo; comienza a mirarse a sí mismo desde adentro.
La primera pregunta que les proponemos responder a través de frases sencillas es ¿Quien soy?, a lo que luego debe agregar el ¿Por qué?.
De este ejercicio obtuvimos resultados interesantes, por ejemplo; Marielba Orozco de 10 años escribió lo siguiente:
“Soy la esperanza que siempre perdurará en la calles de mi pueblo”.
Crismar Zolano, de 11 años escribió:
Soy un pájaro
Soy una espina
Soy un parque
Soy como un suspiro
Porque soy risa
Porque soy sentimiento
Porque soy alegría
Porque soy recuerdo.
Aquí podemos percibir como los niños comienzan a descubrir el lenguaje como instrumento de juego y fuente de placer, y las palabras les hacen ver el mundo de manera diferente a como antes lo percibían. Comienzan a conocerse a sí mismos.
En la segunda etapa, proponemos otro juego, al cual llamamos “el juego de las tres frases”. El juego de las tres frases consiste en compartir con los niños algunos poemas con la estructura del “haiku”.
Para comenzar, les mostramos algunos “haikus” con un tono picaresco, por ejemplo:
“La paraulata
se hizo pupu
en el rocío”
“Despierta, despierta
te tomo como amiga
mariposa”
“veo al señor
con mucho frío
que sabrosa es mi cama”
Comenzamos con esas lecturas como un elemento de motivación, mostrándoles a los niños, como a partir de frases sencillas, podemos construir un hermoso poema.
Veamos algunos ejemplos:
“El sol
es radiante
alumbra mi corazón”
Crismar Zolano, 11 años.
“El sol
brilla todos los días
como las estrellas de mi cielo”
Fermín Goncálvez, 9 años.
“Mi corazón
duele
estoy enfermo”
Anderson Hernández, 07 años.
En la tercera fase del proyecto, trabajamos con el juego denominado “el poema jugado”. El propósito fundamental de este juego es que el niño se convierta en un recreador de textos poéticos. El juego consiste en alterar el discurso “lógico” de un poema, es decir, que los niños disponen de los versos de un autor para crear su propia versión del poema, demostrando su gran capacidad para producir respuestas o soluciones originales o nuevas. Se les propuso dos poemas para elegir uno: El papagayo y El samán. También realizaron la ilustración de sus textos.
Veamos un ejemplo:
El proyecto “Jugando con la Poesía” de la Casa Nacional de las Letras “Andrés Bello”, institución adscrita al Ministerio del Poder Popular para la Cultura; precisamente busca iniciar a los niños y niñas en edad escolar, entre los 6 y 12 años, en ese maravilloso mundo de la poesía pero ofreciéndosela como un juego en el cual las palabras pueden volverse mágicas, acercando no solo a los niños y niñas a la lectura y a la escritura sino también a los docentes y padres o representantes.
En el Estado Cojedes, el Proyecto “Jugando con la Poesía” ha sido un reto interesante, sobre todo tomando en cuenta que la mayoría de nuestros docentes no leen y muestran un alto grado de apatía hacia la práctica de la lectura en el aula, vendiéndola mas bien como un instrumento de castigo y tortura a los niños desobedientes.
La influencia familiar también juega un papel importante en este proceso de acercamiento, por lo tanto; consideramos esencial involucrar a los padres en los talleres de creación literaria para que esta experiencia no solo se quede en la escuela sino que trascienda mucho más allá hasta llegar a las comunidades.
En la primera fase del proyecto “Jugando con la Poesía”, la actividad se desarrollo con un grupo de docentes de tres instituciones educativas en el municipio Tinaco, iniciándose en Marzo del 2006 hasta Septiembre del mismo año. Tuvimos 15 niños y niñas, 14 maestros y 6 padres o representantes de permanencia activa en el programa. Se inicia el proyecto a través de una metodología de lectura y creación sencilla que nosotros llamamos “juegos de palabras”.
En esta primera etapa el niño comienza a convertirse en creador de frases poéticas; propone, descifra y empieza a mirar mas de cerca lo que tiene a su alrededor, pero sobre todo; comienza a mirarse a sí mismo desde adentro.
La primera pregunta que les proponemos responder a través de frases sencillas es ¿Quien soy?, a lo que luego debe agregar el ¿Por qué?.
De este ejercicio obtuvimos resultados interesantes, por ejemplo; Marielba Orozco de 10 años escribió lo siguiente:
“Soy la esperanza que siempre perdurará en la calles de mi pueblo”.
Crismar Zolano, de 11 años escribió:
Soy un pájaro
Soy una espina
Soy un parque
Soy como un suspiro
Porque soy risa
Porque soy sentimiento
Porque soy alegría
Porque soy recuerdo.
Aquí podemos percibir como los niños comienzan a descubrir el lenguaje como instrumento de juego y fuente de placer, y las palabras les hacen ver el mundo de manera diferente a como antes lo percibían. Comienzan a conocerse a sí mismos.
En la segunda etapa, proponemos otro juego, al cual llamamos “el juego de las tres frases”. El juego de las tres frases consiste en compartir con los niños algunos poemas con la estructura del “haiku”.
Para comenzar, les mostramos algunos “haikus” con un tono picaresco, por ejemplo:
“La paraulata
se hizo pupu
en el rocío”
“Despierta, despierta
te tomo como amiga
mariposa”
“veo al señor
con mucho frío
que sabrosa es mi cama”
Comenzamos con esas lecturas como un elemento de motivación, mostrándoles a los niños, como a partir de frases sencillas, podemos construir un hermoso poema.
Veamos algunos ejemplos:
“El sol
es radiante
alumbra mi corazón”
Crismar Zolano, 11 años.
“El sol
brilla todos los días
como las estrellas de mi cielo”
Fermín Goncálvez, 9 años.
“Mi corazón
duele
estoy enfermo”
Anderson Hernández, 07 años.
En la tercera fase del proyecto, trabajamos con el juego denominado “el poema jugado”. El propósito fundamental de este juego es que el niño se convierta en un recreador de textos poéticos. El juego consiste en alterar el discurso “lógico” de un poema, es decir, que los niños disponen de los versos de un autor para crear su propia versión del poema, demostrando su gran capacidad para producir respuestas o soluciones originales o nuevas. Se les propuso dos poemas para elegir uno: El papagayo y El samán. También realizaron la ilustración de sus textos.
Veamos un ejemplo:
Poema Original
El papagayo
En el rojizo atardecer de Mayo
con verara y papel logré el empeño
de elevar en el cielo lugareño
la cruz de mi rebelde papagayo.
Elisio Jiménez Sierra
Poema Jugado
En el bello atardecer de Julio
con varitas y papel
logré volar en el cielo lugareño
el bello marco de mi papagayo
todos los días vuelan por el aire
sus figuras de colores
Y entre mis manos sus pabilos.
Maria Maya, 8 años.
En el transcurso del taller, animamos a los niños no solo a leer poesía sino también a participar de forma crítica y con total libertad expresiva a través de sus opiniones, sentimientos e ideas. De igual manera se realizaron dramatizaciones a partir de fábulas y cuentos, incorporando así la expresión teatral en el taller.
Los docentes y padres participaron en las actividades de dramatización, así como en la elaboración del material para la realización de los juegos como “El pozo de las palabras para inventar cuentos”, donde los niños jugaron manipulando fichas que contenían versos y que debían organizar según su preferencia para lograr armar su poema.
Iniciamos el taller con mucha expectativa, sabemos que las debilidades que se hallan en cuanto a la lectura son precisamente porque existe un total rechazo hacia la literatura. Sin embargo, fue gratificante ver como este grupo de niños, docentes y representantes fueron progresando hasta convertirse en un grupo alegre y amante de la lectura.
Los niños se mantuvieron siempre motivados, perdieron el miedo a expresarse e incluso algunos de ellos que no se atrevían a leer en público se animaron a participar en las dramatizaciones. Los maestros tomaron nota de las técnicas utilizadas en el taller y desde las escuelas el personal directivo manifestaba su complacencia, lo que me pareció un gran avance.
La participación de los padres y representantes fue algo significativo pues se integraron a las actividades y le hacían seguimiento a los niños en sus hogares. Como producto de este primer taller, la Casa Nacional de las Letras “Andrés Bello” editó 200 ejemplares del libro “Jugando con la Poesía, Tinaco-Edo-Cojedes”, hermoso premio bien merecido por nuestros pequeños.
Actualmente estamos facilitando talleres en seis planteles educativos de tres municipios de nuestro Estado Cojedes, tenemos a 56 docentes involucrados y a casi 200 niños que nos contagian con su ternura y su deseo de participar.
Con este proyecto no buscamos crear escritores sino más bien crear mejores seres humanos, que a través de los libros, “de los buenos libros”, se llenen de sueños, de esperanza, pero sobre todo de amor, de ese amor universal que se puede hallar en la literatura.
En definitiva, para nosotros ha sido y será siempre una experiencia maravillosa, un ejercicio apasionado y amoroso.
Maria Maya, 8 años.
En el transcurso del taller, animamos a los niños no solo a leer poesía sino también a participar de forma crítica y con total libertad expresiva a través de sus opiniones, sentimientos e ideas. De igual manera se realizaron dramatizaciones a partir de fábulas y cuentos, incorporando así la expresión teatral en el taller.
Los docentes y padres participaron en las actividades de dramatización, así como en la elaboración del material para la realización de los juegos como “El pozo de las palabras para inventar cuentos”, donde los niños jugaron manipulando fichas que contenían versos y que debían organizar según su preferencia para lograr armar su poema.
Iniciamos el taller con mucha expectativa, sabemos que las debilidades que se hallan en cuanto a la lectura son precisamente porque existe un total rechazo hacia la literatura. Sin embargo, fue gratificante ver como este grupo de niños, docentes y representantes fueron progresando hasta convertirse en un grupo alegre y amante de la lectura.
Los niños se mantuvieron siempre motivados, perdieron el miedo a expresarse e incluso algunos de ellos que no se atrevían a leer en público se animaron a participar en las dramatizaciones. Los maestros tomaron nota de las técnicas utilizadas en el taller y desde las escuelas el personal directivo manifestaba su complacencia, lo que me pareció un gran avance.
La participación de los padres y representantes fue algo significativo pues se integraron a las actividades y le hacían seguimiento a los niños en sus hogares. Como producto de este primer taller, la Casa Nacional de las Letras “Andrés Bello” editó 200 ejemplares del libro “Jugando con la Poesía, Tinaco-Edo-Cojedes”, hermoso premio bien merecido por nuestros pequeños.
Actualmente estamos facilitando talleres en seis planteles educativos de tres municipios de nuestro Estado Cojedes, tenemos a 56 docentes involucrados y a casi 200 niños que nos contagian con su ternura y su deseo de participar.
Con este proyecto no buscamos crear escritores sino más bien crear mejores seres humanos, que a través de los libros, “de los buenos libros”, se llenen de sueños, de esperanza, pero sobre todo de amor, de ese amor universal que se puede hallar en la literatura.
En definitiva, para nosotros ha sido y será siempre una experiencia maravillosa, un ejercicio apasionado y amoroso.
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